lunes, 29 de noviembre de 2010

No me hables demasiado, ni demasiado de prisa. Las palabras son “aire” que no pesa para ti, pero pueden ser una carga para mí. Muchas voces no son la mejor manera de relacionarte conmigo.

Aquí otra recomendación ¡CUANTAS RECOMENDACIONES! Sí, para criar de la mejor manera y educar a un niño/joven es necesario estar conscientes de qué hacemos con ellos en cada momento, más aún con las personas con autismo que son tan especiales.
Una de las cosas por las que son especiales es por la manera de percibir e interpretar los estímulos que les llegan de su alrededor.  Aparentemente su cerebro viene formado de tal manera que un hemisferio predomina por sobre el otro y por lo mismo les es difícil desenvolverse con el mundo del lenguaje y las palabras. Si tomamos conciencia de esto y lo aplicamos a todas las situaciones que tengan que ver con ellos/ellas vamos a ver que nos va mucho mejor en cualquier tarea que queramos emprender.
¿Por qué no son “aire” las palabras para ellos/ellas? El asunto es que sí las escuchan y están conscientes que se les está enviando un mensaje que deben de interpretar, que hay algo que se les está pidiendo que hagan pero ¡NO LO ENTIENDEN! Es como si a usted le pidieran entender e interpretar lo que tuviera que hacer con un problema de física cuántica super complicado que quizá solo pocos entendidos lo pudieran hacer pero resulta que a usted le están exigiendo en ese momento que lo haga y rápido porque se supone que usted está en la capacidad de hacerlo.  ¿Angustiante no? Su cerebro no está preparado para ello. El de ellos/ellas tampoco. Hay variadas razones posibles por lo que no pueden hacerlo.  Quizá se les habló demasiado rápido, tal vez se utilizaran palabras nuevas o se estructuró de manera muy diferente la instrucción dada, pudo ser que no se les habló directamente viéndoles a la cara, será que la orden era demasiado inespecífica y general que no llegó a comprender el mensaje conciso de lo que se les pedía, será que el tono de voz o la expresión de su cara no correspondía con lo que se le estaba pidiendo. Múltiples razones que se deberían de analizar para encontrar el porqué específico en cada caso.
 El manejo de las palabras y el lenguaje es muy puntual y delicado en el manejo con ellos y es la base para cualquier situación en su trato.  Si usted lo tiene claro y ha encontrado la clave del asunto ya tendrá solucionado la mitad de su labor.
Si la persona tiene baja comprensión del lenguaje, inicie utilizando principalmente solo verbos, solo indíquele la acción que quiera que se cumpla y siempre en afirmativo, diciéndole lo que necesita que haga.  Por ejemplo diga siéntate antes que no te levantes, hablamos en voz baja antes que no grites, la comida es para comerla antes que no botes la comida, etc. etc.
Con el tiempo se irán dando cuenta que para ellos todas las recomendaciones se reducen a pocos principios básicos que se deben seguir y con esos criterios se podrán manejar un sinnúmero de situaciones.

viernes, 5 de noviembre de 2010

2. NO TE ANGUSTIES CONMIGO, PORQUE ME ANGUSTIO. SIEMPRE PODRÁS RELACIONARTE CONMIGO SI COMPRENDES MIS NECESIDADES Y MI MODO ESPECIAL DE ENTER LA REALIDAD. NO TE DEPRIMAS, LO NORMAL ES QUE AVANCE Y ME DESARROLLE CADA VEZ MÀS.


¿Quiere llevar a la práctica esta recomendación?
Las personas autistas son sumamente perceptivas a los estados de ánimo y emociones de los demás. La generalidad de las personas creen que ellos no sientes ni se dan cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Esto es falso. Lo que sí es cierto es que son muy selectivos a lo que atienden.  Los estados emocionales de ellos mismos y los demás los abruman, sobre todo si son muy intensos, tanto estados positivos como negativos.
Con respecto a la ansiedad, como a todos los seres humanos les alteran. La diferencia está quizá en la manera y/o intensidad como la expresan.  Ellos poseen un amplio repertorio para hacerlo a veces con conductas poco apropiadas. Entre ellas pueden estar el aferrarse de forma muy rígida a ciertos objetos y/o rutinas y maneras de hacer sus actividades, pueden auto-estimularse, hacer berrinches o presentar conductas agresivas variadas.
Con todo este panorama de expresiones de ansiedad en ellos, en lo posible no hay que provocar estos estados porque se vuelve un círculo vicioso. Si usted se pone ansioso por como ellos son o se comportan, provocará más ansiedad que a su vez los descontrolará más.  Conclusión: tranquilidad, siempre tranquilidad.  Es difícil pero no imposible.
La mejor forma de relacionarse con ellos es con paciencia y sin apuros.  Explíquele lo que quiere obtener de él/ella con pocas palabras y en lo posible con gráficos y/o fotos.  Repita despacio varias veces lo que usted desea. Vaya despacio, poco a poco, no le pida muchas cosas  a la vez, sobre todo si son nuevas.  No lo/la abrume.
Como toda semilla que crece, ellos/ellas tienen el impulso natural de avanzar y madurar pero solo lo harán de forma adecuada si ofrecemos y los guiamos por los caminos precisos, caso contrario, podrán ir aprendiendo rutas y conductas inapropiadas que si las dejamos con el tiempo serán más difíciles de corregir.
Todos los aprendizajes en ellos deben ser dirigidos. Ellos no aprenden por simple imitación como cualquier otra persona.  Hay que diseñarles un proceso de enseñanza específico.  Cualquier conducta por simple o natural que parezca hay que enseñarle. Es necesario enseñarles  a atender sus necesidades corporales, alimentarse, asearse, comunicarse, manejar sus emociones, jugar, etc., etc., etc..  Todo dentro de un proceso minucioso y paciente de enseñanza.

miércoles, 20 de octubre de 2010

AYÚDAME A COMPRENDER. ORGANIZA MI MUNDO Y FACILÍTAME Y ANTICÍPAME LO QUE VA A SUCEDER. DAME ORDEN, ESTRUCTURA Y NO CAOS


¿Cómo podemos llevar a la práctica esta recomendación?

Como cosa fundamental debemos sabes que las personas con autismo comprenden mejor al mundo a través de la vista antes que con las palabras.

Organice su casa, su cuarto, su lugar.  Ponga cada cosa siempre en el mismo puesto.  En lo posible, pegue enfrente de los cajones o puertas un dibujo claro o foto de lo que se encuentra adentro.  Enséñele a que las cosas deben de estar siempre adentro en el lugar correspondiente. Señálele y llévele al lugar para que él mismo guarde. 

Utilice pocas palabras y siempre las mismas, ya que se las sepa vaya poco a poco aumentando.

Para ellos, el saber lo que va a pasar luego les da tranquilidad.  Anticípele cuando va a tener o lo va a llevar a alguna actividad nueva y/o diferente.  Explíquele de manera corta y concisa con quién o con lo que se va a encontrar, el comportamiento preciso que se espera de él/ella.  Si su comprensión verbal es baja ayúdese con dibujos y/o fotografías.

Estas son solo algunas sugerencias a muchas posibles para llevar a la práctica ésta recomendación.  Sea creativo-a, fluya, relájese y verá los beneficios.

viernes, 8 de octubre de 2010

¿Qué nos Pediría un Autista?


1.     Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura, y no caos.

2.     No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.

3.     No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son "aire" que no pesa para tí, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces no son la mejor manera de relacionarte conmigo.

4.     Como otros niños, como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún modo, cuando he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a ti: me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.

5.     Necesito más orden que el que tú necesitas, más predictibilidad en el medio que la que tú requieres. Tenemos que negociar mis rituales para convivir.

6.     Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.

7.     No me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme solo.

8.     Lo que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¡Ya que tengo un problema de intenciones, no me atribuyas malas intenciones!

9.     Mi desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Tiene su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis "alteradas" son formas de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo por comprenderme.

10.   Las otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo y cerrado sino simple. Aunque te parezca extraño lo que te digo, mi mundo es tan abierto, tan sin tapujos y mentiras, tan ingenuamente expuesto a los demás, que resulta difícil penetrar en él. No vivo en una "fortaleza vacía" sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible. Tengo mucha menos complicación que las personas que os consideráis normales.

11.   No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. No tienes que hacerte tú autista para ayudarme. ¡El autista soy yo, no tú!


12.   No sólo soy autista. También soy un niño, un adolescente o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños, adolescentes o adultos a los que llamáis "normales". Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.

13.   Merece la pena vivir conmigo. Puedo darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas. Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que soy autistas, sea tu mayor y mejor compañía.

14.   No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.

15.   Ni mis padres ni yo tenemos culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es por culpa de nadie. La idea de "culpa" no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.

16.   No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme las que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, para comunicarme mejor, paro no me des ayudas de más.

17.   No tiene que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona autista. A mí no me sirve de nada que tú estás mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor. Piensa que tu pareja tampoco tiene culpa de lo que me pasa.

18.   Ayúdame con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como sometido a un peso insoportable. En mi vida he tenido momentos malos, pero puedo estar cada vez mejor.

19.   Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de ser autista. Sé optimista sin hacerte "novelas". Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación.

20.   Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que os decís "normales". Me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social. Mi vida puede ser satisfactoria, si es simple, ordenada, tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Ser autistas es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida como autista puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya "normal". En esas vidas, podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.
  
Ángel Rivière Gómez
Asesor Técnico de APNA


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